Tecnológicamente, el invento de la televisión fue un progreso a nivel global, pero a nivel sustancial es totalmente diferente y subjetivo, puesto que el contenido y el efecto de este , cambia dependiendo la cultura.
La información que ofrece nuestra caja negra , es solamente la esencial, o a veces ni eso, de hecho el error es pretender que nos eduque puesto que su finalidad es únicamente entretener o “informar”.
También este aparato ha concretando una gran cantidad de términos que no nos dice nada, es decir, está atiborrada de connotaciones, lo cual no permite desarrollar un criterio, sólo aceptamos la ¨información¨ de los telectuales y no tenemos indicios de un cuestionamiento. Ni siquiera comprendemos en su totalidad o al menos no en contexto lo que vemos y oímos. El conocer no es sinonimo de comprender, por consecuencia hay una limitación de análisis o como decía el gran investigador de la ciencia política Giovanni Sartori: “La televisión produce imágenes y anula los conceptos, y de este modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender”.
En México el contenido de la televisión es muy deficiente, perjudicial y persuasivo , nada sustancial. Ejemplo: La mayoria de las telenovelas suelen tener una estructura dañina para el intelecto del televidente, al igual que los reality show, y muchos otros programas del duopolio televisivo. Canales como el 11, 22, 28 y 40, podrían ser la alternativa para un buen cambio de contenido.
Una de las principales causas por las cuales la televisión ha tomado un papel tan sugestivo- en el caso de México- es que el 70% de la población mexicana no lee y en el 30% que sobra la mayoría sólo lee menos de tres libros al año. ¿Será que José Saramago tenía razón al decir que una de las grandes maldiciones del hombre era la revolución tecnológica
En conclusión mientras no sepamos priorizar y buscar el verdadero conocimiento, y la televisión no cambie sus estándares para favorecer el razonamiento, no dejara de ser pernicioso para la sociedad.