Además

+columna+ simple ++ Música para llenar la cabeza



Hoy una vez más ando por acá en este su blog Gástrico y debo confesar que esta semana ha sido bastante interesante. Muchos sueños muy locos y reveladores así como conciertos y noches de fiesta. 

Quiero comenzar por el show que Dënver dio el jueves pasado. Fue una experiencia muy interesante. Acompañé a unas amigas chilenas al show. Una de ellas, publicista, había trabajado con ellos en Chile. Desde el principio me dijo, "en vivo son una mierda, pero me encantan" y la verdad es que no estaba nada equivocada. Mariana Montenegro es una vocalista bastante decente, se nota que ha estudiado y su voz se ha vuelto más cuidada y melodiosa. La música bastante bien, muy buena ejecución sobre todo la guitarra de Milton Mahan; es algo que de verdad no esperarías de un tipo que se dedica a hacer música electrónica (en el sentido más literal de la palabra). ¿El gran problema del grupo? La pobre interpretación vocal de este último. Pobre tipo, deja todo en el escenario, pero su voz lo traiciona. Ahí entendí a que se refería Alicia, mi amiga chilena. Verlos en el escenario es algo mágico, sobre todo Mariana que es completamente arrítmica y a pesar de esto su figura es hipnotizante. Me pareció increíble ver como en menos de 5 años Dënver pudo llenar el Pasagüero con verdaderos fans quienes apenas tienen los 21 o 22 años, que se sabían todas las canciones y que bailaban y se emocionaban con la energía de la banda.

El martes fue día de Guns N' Roses y por suerte mi economía, apatía y desconocimiento de la banda me ahorraron una empapada y seguramente una historia farola que contarle a mis amiguitos del trabajo el día siguiente.

La noche de ayer miércoles tenía todo el potencial de volverse mágica. Fue ese mítico día, 4-20, noche Jim Beam en el Pata Negra, El Shirota y Dromedarios Mágicos iban a amenizar la noche acompañados por tragos gratis de la marca. Llegué al depa y me encontré con un amigo de mis roomies que se quedó prácticamente en la calle por decisiones de amor. Después de contarme toda su larga/breve historia comenzó la hora de compartir y escuchar música, el vato tocaba en una banda de rock relativamente conocida, además de que tiene memoria fotográfica. Su gusto musical varía un poco del mío pero la experiencia fue muy grata. Dentro de todo un alud de música, me compartió un par de joyas que jamás habría imaginado escuchar de nuevo.

Primero una monstruosidad de canción hecha por David Bowie, el clasicote asesino de su disco más emblemático, The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars, la maravillosa Rock ‘N’ Roll Suicide. Escuchar esa letra te pone la piel chinita, prácticamente 3 minutos de puro feeling y dolor. ¿Cómo no enamorarte de la frase “Your too old to lose it, too Young to choose it”? Simplemente fantástica, dejarse llevar con el crescendo y pasar de una inocente guitarra acústica a toda una orquestación sólo como Bowie lo sabía hacer. 1972 fue un año mágico.



La segunda canción que me voló la cabeza fue la canción de un ex menudo, ex compañero de Ricky Martin y productor de los más grandes éxitos de este (Living la Vida Loca y la canción del mundial). Me refiero al genio de Robi Draco Rosa y su canción emo-sentimental Penélope del increíble Vagabundo. Me fascina cómo puedes tener los elementos más esenciales de una canción, que no se requiere de una producción súper orquestada para crear una canción redonda. Además el plus del mellotrón en su versión flautas a la Straberry Fields Forever, simplemente fantástico. Esos toque suaves de trompetas y una voz sobria que lleva como hilo conductor todo este pedacito de cielo.



Evidentemente, al final ya no fui a la noche Jim Beam, pero sí me pasé una noche increíble de mucha música, chelas y 4:20 en compañía de mis roomies y de melodías que siempre hacen más interesante la vida.

Hoy me duele la cabeza pero a pesar de eso no puedo dejar de sonreír pensando en esta última semana.





@Alfarodelaluz
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