Siempre me ha gustado hacer música. Desde que era niño cantaba en la regadera y creaba mis propias canciones y melodías. Recuerdo mucho un día cuando repetía una canción que vivía en mi cabeza y pensé que toda la música ya había sido inventada; más equivocado no podría haber estado. Pasaron los años y en la primaria entré a la banda escolar eligiendo como instrumento la trompeta; originalmente quería una tuba pero en mi casa no había tanto dinero para ese capricho y mi mamá terminó comprándome una bonita trompeta Yamaha que hasta la fecha tengo pero ya no toco. Llegó la preparatoria y empecé a cantar de nuevo, primero en una banda de garaje donde tocábamos canciones originales que pasaban del happy punk a un metal sin ningún remordimiento o consideración. Terminó esa bonita etapa y llegó la universidad, me vine al D.F. a estudiar Comunicación, a vivir en un pequeño cuarto blanco en una casa de asistencia; para no entrar en depresión comencé a hacer mi música, como no recordaba como tocar la trompeta y no sabía tocar ningún otro instrumento se me hizo fácil empezar a hacerla con un programa que se conocía como Fruti Loops, ahora FL Studio.
Ese maravilloso programa fue mi mejor amigo en los primero años de la carrera; era versátil, sencillo de utilizar y su capacidad de sampleo era extremadamente flexible. Con un O2 de M-Audio de 2 octavas (que hasta la fecha tengo y sigo utilizando) y mi lap top Toshiba Satellite toqué en Pachuca (mi ciudad), el D.F. y Monterrey con el proyecto Sampler y Ben (ya hace unos años).
Dos EP’s como Ben Allen después, murió esa compu y con ella el Fruti Loops. Empecé a dejarme llevar por el tren del mame y me terminaron comprando una MacBook de las blancas a la que no tardé en instalarle el Reason 3.0. Un mundo de posibilidades se abrió para mis necesidades melómanas de creación musical. A partir de ese momento entró la obsesión de samplear y hacer loops en vivo por lo que tuve que aprender a tocar la guitarra y el bajo (de una manera algo mediocre). Hoy en día tengo un par de estudios caseros, uno en Pachuca bastante amplio donde grabo baterías y cosas de grupo; y otro más acá en el D.F. donde tengo lo necesario para hacer cosas yo solo; una interfaz, un Lauch pad mini, el Maschine, mi inseparable O2, el incomparable MicroKorg, un par de monitores M-Audio de 4”, un Kaossilator, mi amada Jazzmaster, un P-Bass y evidentemente la compu para grabar. En realidad es un solo estudio que vive en dos lugares, un solo estudio que se llama Live (ya no ocupo Logic pues la compu pasada murió y con ella el Logic, triste de veras).
Dos EP’s como Ben Allen después, murió esa compu y con ella el Fruti Loops. Empecé a dejarme llevar por el tren del mame y me terminaron comprando una MacBook de las blancas a la que no tardé en instalarle el Reason 3.0. Un mundo de posibilidades se abrió para mis necesidades melómanas de creación musical. A partir de ese momento entró la obsesión de samplear y hacer loops en vivo por lo que tuve que aprender a tocar la guitarra y el bajo (de una manera algo mediocre). Hoy en día tengo un par de estudios caseros, uno en Pachuca bastante amplio donde grabo baterías y cosas de grupo; y otro más acá en el D.F. donde tengo lo necesario para hacer cosas yo solo; una interfaz, un Lauch pad mini, el Maschine, mi inseparable O2, el incomparable MicroKorg, un par de monitores M-Audio de 4”, un Kaossilator, mi amada Jazzmaster, un P-Bass y evidentemente la compu para grabar. En realidad es un solo estudio que vive en dos lugares, un solo estudio que se llama Live (ya no ocupo Logic pues la compu pasada murió y con ella el Logic, triste de veras).
Seguramente no con la misma historia, pero si algo similar, miles si no es que millones de personas en todo el mundo están haciendo música de esta manera, con las facilidades que te entrega la tecnología. Con la democratización de la música, con esta idea de que todos podemos hacerla sin un problema. Sólo necesitas un programa (que puede ser desde el Garaje Band en tu Mac hasta el FL Studio en la forma de app en el Ipad o como software en tu PC), tal vez un controlador midi y ganas de hacer música. Esta nueva era que trae muchas propuestas (buenas o malas) a los oídos de todos.
Ayer escuchaba a los vatos de MGMT hablar de "Time to Pretend", de cómo utilizaron el Reason y los sonidos básicos a los que todos tenían acceso en ese entonces y de cómo de la noche a la mañana habían llegado al show de David Letterman con un par de capas al estilo de los druidas. De el salto que significó pasar de sonidos digitales a entrar a un estudio, trabajar con un productor y grabar los sonidos de una batería como ellos querían.
Recuerdo también algún video en Youtube donde aparecía Dan Snaith, el vato de Caribou, mostrando su estudio en la época del disco "Swim", el cuál era un cuarto pequeñito lleno de sintetizadores, unos monitores, la interfaz y su computadora para poder hacer esa magia.
Músicos más actuales como James Blake, Jamie XX, Fka Twigs, Grimes o los mismos Battles utilizan estas herramientas para la creación de música maravillosa.
A esta música ya no me atrevería a llamarla Rock ni Alternativa, no sabría cómo llamarla, tal vez electrónica o música Sintética. El rock como lo conocíamos y entendíamos está cada vez más lejano, incluso la música psicodélica. ¿Esto es malo? Yo creo que no, sólo es una evolución que tenía que pasar, es algo que ha luchado por entrar en el medio desde la época de los 60 y 70. Pienso en grupos como Kraftwerk o White Noise que comenzaron a crear un camino de experimentación en el que ahora nos encontramos.
Que bien por la democratización de la creación musical y que bien por todas las personas que tienen algo que decir aunque pocas sean las escuchadas.
@Alfarodelaluz