Justo ayer me encontraba en una encrucijada en la que pensé me iba a quedar sin trabajo. Al estar en la etapa de post producción de unos videos salió al tema de la musicalización, la cual se había cotizado como música libre de regalías. Nunca se especificó si sería de stock o si este stock tendría que ser pagado. No le di mucha importancia hasta el día de ayer hasta que el stock de confianza, Audioblocks, no dio el ancho necesario para el tipo de producción que se había realizado.
Decidí optar por el camino que mi pequeño corazón DIY me dictó y di mi recomendación de agencia a la productora para utilizar música bajo la licencia de Creative Commons. Todo parecía ir increíble hasta que el director del comercial notó que nuestra canción requería de un pago llamado TuneTrack COMMERCIAL License. Mi corazón casi se detuvo pues ya no había presupuesto y la licencia que necesitábamos costaba $222 dólares. Dinero que ni cliente, agencia o productora pensábamos pagar ni absorber. Seguí revisando y noté que la canción era una versión distinta a la que estábamos utilizando y que nuestra versión sí podía utilizarse de manera gratuita bajo la licencia de Creative Commons by atribution.
Al haber superado este amargo episodio el día de ayer aprendí más sobre las licencias de Creative Commons que todos los años en los que me dediqué a hacer música. Incluso ahora sólo la registro en INDAUTOR y a veces subo la música a Bandcamp o Soundcloud.
Creative Commons básicamente llegó para deshacerse de los Derechos Reservados, permitiendo a los creadores y usuarios de contenido digital; copiar, distribuir, editar, remezclar o desarrollar sobre este material original. Todo esto suena muy bonito, pero para poder darle gusto a las necesidades y pretensiones de los creadores existen 6 categorías o niveles de licencia (cosa que no sabía y casi me hace sangrar la nariz al mismo tiempo que me daba diarrea).
La más común de todas es by Attribution o por Reconocimiento, la cual permite distribuir, mezclar, ajustar y construir a partir de una obra original, incluso con fines comerciales (por eso se me hizo fácil usar una canción con esas características) siempre dando crédito al artista original.
Por otro lado, la licencia TuneTrack te da derechos a transmitir sin pago de regalías, de manera ilimitada a todo el mundo. Esto lo hace de manera Limitada, Standard o Extendida. La Limitada que sólo cuesta $44 dólares funciona para videos personales, remixes, lanzamientos musicales, ebooks y música para páginas de internet. La ventaja de esta licencia es que te permite utilizar publicidad y hacer dinero dentro de estos usos específicos.
La licencia extendida es para uso corporativo y cubre comerciales (video, TV y radio), videos de productos, música on-hold, cine, televisión, DVDs, festivales y eventos coorporativos, así como licencias standard y limitadas (apps para teléfonos, video juegos, software, CDs y viniles, promociones sin fines de lucro, videos web, remixes, lanzamientos musicales, ebooks y música para páginas web). Esta licencia también te permite utilizar publicidad y hacer dinero dentro de estos usos específicos.
Al final, la diferencia entre una licencia de Creative Commons y una licencia Extendida de TuneTrack está en que, pagando la licencia de Tune Track no necesitas dar crédito al autor original y con la de Creative Commons si. Eso y que el artista no quiera hacerlo sólo por medio de TuneTrack. Todo un tema legal complicado. Ojalá que nunca llegue la Ley SOPA.
@Alfarodelaluz