No sé ustedes, pero este fin de semana pareció ser una cascada de eventos sin sentido que logré evadir. Para empezar, pude no ir al concierto de Hercules and the Love Affair, que los fanáticos dicen estuvo bueno, los “iniciados” que valió la pena y los que consiguieron cortesías no sabían ni que pedo pero si bailaron muchísimo. Por otro lado también tuvimos en la Cineteca la fortuna de contar con la película de The Wolfpack, un docu sobre un chingo de hermanos que vivieron recluidos en un departamento de Nueva York hasta su adolescencia y todo lo que aprendieron sobre el idioma y el país fue por su madre y por las películas que veían de niños.
Por mi lado, tuve práticamente todo el fin libre y decidí visitar mi pueblo, ver a mi madre, saludar a los amigos y comer pastes y barbacoa (en ese orden). Estando por allá me puse a pensar en las bandas o solistas que me gusta escuchar y sus proyectos alternos. ¿Por qué esa necesidad?
Ahí me di cuenta que sucede como suceden muchas cosas; por aburrimiento o por cambios de aires. Vinieron a mi mente Radiohead y el disco solista de Peter Selway, las producciones de Thom Yorke como "The Eraser" o "Amok" y las musicalizaciones para películas de Jonny Greenwood (que me da mucho gusto verlo colaborar con Paul Thomas Anderson); Ryan Adams y (dentro de todo su desmadrito emotivo-narcisista) el "1989" de Taylor Swift reversionado; The National y Menomena con sus bandas híbrido El Vy y Pfarmers y mis queridísimos Tv on the Radio con Dave Sytek y su Maximum Balloon, Kyp Malone y su Rain Machine o Tunde Adebimpe y su “super grupo” The Nevermen de la mano de Mike Patton.
Es tan evidente, creo que tenemos esta necesidad de limpiarnos y salir de nuestro medio ambiente, buscar un respiro en algún otro lugar, con otro grupo de personas y sin necesidad de tener que hablar o vivir nuestro día a día. Que maravillo es poder hablar de algo mas que no sea tu trabajo, tu familia, tu fin de semana o tus problemas con tu jefe o tus compañeros de trabajo. Estos amigos o proyectos alternos brindan esa oportunidad de expresar algo diferente y divertirnos de una manera distinta. Dejar salir a ese geek incomprendio, al intelectual, al niño emo o al tipo cool. Liberar a todos esos sonidos que en teoría parecieran dispares pero que en realidad viven dentro de uno y necesitan salir al mundo y ser escuchados.
Lo mejor de todo es que al final del día no importa cual círculo sea mejor, la realidad es que cada uno es distinto y te permiten mostrar tus diferentes caras. Somos seres sociales complejos y justo por eso necesitamos de estos proyectos alternos. Una limpia nunca le cae mal a nadie.
@Alfarodelaluz